Duelo por la pérdida del trabajo

Por Lic. Florencia Chiarello.

En primer término es importante considerar la función que cumple el empleo en la vida de las personas. El mismo brinda un sentido de autoeficacia y autoestima, un sentimiento de pertenencia y de inclusión social.

También, posibilita la estructuración del tiempo, de la rutina y promueve la generación de proyectos vitales.

Teniendo presente los beneficios que inaugura en la vida de las personas, la existencia de un escenario de desempleo conlleva varias consecuencias a nivel de la identidad personal y una repercusión en la salud mental.

Impacto en la identidad personal

La desvinculación del trabajo puede producirse bajo dos modalidades. Por decisión de la persona o por decisión del lugar de trabajo o empleador.

Si bien ambas generan movilización y conmoción, la segunda genera un impacto aún mayor ya que en general impide la posibilidad de anticipación de la situación.

Por otra parte, produce en la persona una suma de sensaciones y emociones como enojo, ira, desolación, tristeza, entre otras más.

A su vez, el modo y los métodos utilizados en la comunicación de despido se constituyen en un factor importante al momento de tramitación psíquica de dicha situación. Por lo general, cuando la información brindada no es clara o cuando las explicaciones están ausentes o son poco convincentes, el impacto en la salud mental y en la identidad personal son mayores.

De esta manera, cuando las personas sienten que los empleadores ignoran su mundo interno poniendo en el tapete sus intereses en detrimento de sus necesidades, se producen niveles de hostilidad y odio que rara vez son descargadas en sus empleadores sino en contextos familiares y de amistades lo que permite, en el mejor de los casos, elaborar esas emociones.

Teniendo presente que el trabajo brinda seguridad en el nivel económico, social y psicológico, la pérdida del mismo conduce a un quiebre en el mundo de supuestos con los que contaba la persona llevándolo a un proceso de elaboración identitaria.

Este proceso es necesario en tanto permite la confección de coordenadas que den dirección y sentido a sus vidas. Además el empleo provee vínculos afectivos que le daban seguridad y alimentaban su identidad personal.

Repercusiones en la Salud Mental

La pérdida del trabajo obliga a la persona a realizar una serie de ajustes sobre las situaciones que se presentan en los distintos planos: cambios en el grupo familiar, en la situación económica y en el uso del tiempo libre.

En relación al tiempo libre, el sujeto puede encontrar dificultades en la organización del mismo ya que el empleo daba sentido al manejo del tiempo libre a la vez que otorga legitimidad al descanso y ocio.

De esta manera se pierden las coordenadas que otorgaban sentido a sus vidas y la definición que tiene de sí mismo se desdibuja.

Por otra parte puede suceder que se aleje de sus amistades y parientes por miedo al estigma y a juicios de valor lo que puede llevar a un aislamiento social que tendrá efectos en la salud mental.

Por eso es que la falta de trabajo, el desempleo o despido pueden generar perturbaciones importantes en la salud mental.

La persona tiene que poner en juego una serie de estrategias que permitan un ajuste a la presente situación. Pero cuando lo que aparece es un vacío, desesperanza y desasosiego, los mecanismos pueden fallar y la persona puede manifestar altos niveles de ansiedad o depresión.

El sujeto siente amenazado su integridad personal y el de su familia. También se vuelve difícil imaginar una proyección de futuro o una realización y continuación de proyectos vitales conduciéndolo a un estado de desesperanza.

Las investigaciones muestran que en algunos casos puede aparecer un trastorno de depresión bajo la presencia de trastornos en el sueño (insomnio o hipersomnio), trastornos en la alimentación, tristeza, llanto, falta de interés en actividades que resultaban placenteras, entre otros.

Impacto en la familia

La pérdida de empleo implica un proceso de duelo que es entendido como una transición sobre la cual el sujeto se inmiscuye en un proceso reflexivo sobre sus propias vidas. En dicha transición, por lo general, eligen a su familia nuclear como aquella que brinda apoyo emocional.

En muchos casos es con la pareja con quienes construyen alternativas para afrontar la situación de desempleo lo que puede sobrellevar a la aparición de roces, reclamos, reproches y discusiones, generando malestar en el vínculo y el resto de los integrantes de la familia.

Por tanto, sumado al estrés generado por la situación económica y la imposibilidad de cubrir gastos o de generar cambios o reducciones en los mismos, se suma la interferencia en los vínculos generando en muchos casos divorcios o maltrato en la pareja.

Bibliografía

Acuña Aguirre, E. (2004-12-13).La pérdida del empleo y sus efectos en las personas. Disponible en http://repositorio.uchile.cl/handle/2250/127110

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