Por Lic. Florencia Chiarello
El 14 de diciembre de 1990, la Asamblea General, en su resolución 45/106, proclamó el 1 de octubre como el Día Internacional de las Personas de Edad. De esta manera se presenta una posibilidad para poner de relieve la multiplicidad de prejuicios naturalizados y vehiculizados en las sociedades, generando un perjuicio en las personas mayores.
Butler en 1969 definió viejismo (como traducción de ageism) como “la alteración en los sentimientos, las creencias o los comportamientos en respuesta a la edad cronológica percibida de un individuo o un grupo de personas”. Más tarde, Levy y Banaji (2004) agregan el componente implícito del viejismo que alude a la naturalización y operación de prejuicios sin que la persona lo haga con consciencia ni intención.
Teniendo presente las definiciones anteriores, este día se instituye como un momento simbólico y movilizante que promueve la concientización acerca de los significados erróneos que se tiene de las personas mayores y que conllevan al desempoderamiento, a la exclusión, a la desigualdad y a la vulneración de derechos.
A su vez, hoy se cuenta con la Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores la cual fue aprobada en Argentina el 15 de junio de 2015. Como establece Isolina Davobe (2015) “Argentina se adhirió muy rápidamente a este nuevo instrumento regional, de modo que, como parte del Derecho Interno, cuenta con jerarquía superior a la ley, habilita a las personas a fundar sus reclamos jurídicos bajo su marco y obliga a todos los operadores y jueces a aplicarla con primacía, incluso respecto del nuevo”.
En consonancia, el artículo 1 de la Convención establece que el objetivo de la misma es asegurar y proteger los derechos humanos y libertades fundamentales de las personas mayores a fin de garantizar su inclusión, participación e integración en la sociedad.
Por último, es importante detenerse, cuestionar y deconstruir aquellos lugares comunes cristalizados y aquellos mitos sobre las personas mayores que los desvalorizan y los ponen en un lugar de desventaja y de exclusión social.
Referencias
Dabove, M. I. (2016). Derechos humanos de las personas mayores en la nueva Convención Americana y sus implicancias bioéticas. Revista Latinoamericana de Bioética, 16(1), 38-59. DOI: http://dx.doi.org/10.18359/rlbi.1440.
Iacub, R. (2011). Identidad y Envejecimiento. Buenos Aires: Paidós.
Levy, B. R. y Banaji, M. (2004). “Implicit ageism”. En: Todd D. Nelson (comp), Ageism. Stereotyping and Prejuice against Older Persons. Massachusetts: The Mit Press.
Tags: Vejez
